El modelo armenio en la formación del profesor de ajedrez

Por Dr.C. Uvencio Blanco Hernández Comisión EDU FIDE

La necesidad de un docente más reflexivo y crítico

Una inquietud que se ha manifestado con mucha fuerza desde principios del presente siglo, está relacionada con el modelo tradicional del profesional docente.

La nueva concepción profundiza la idea de un profesional más reflexivo y crítico con respecto a su interacción con sus alumnos, las fuentes de información y su propio quehacer didáctico.

La sociedad exige un cambio de rol, en el marco de una sociedad profundamente transformada por la multiplicación de los medios de información en un ambiente tecnológico en permanente crecimiento. Entonces, el docente como monopolizador del saber y transmisor de conocimientos se extingue; dando paso a uno –con perfil de formador- cuyas competencias más a ir más allá de su actuación en el aula. Su compromiso con la institución y con la sociedad va a ser ineludible, al mismo tiempo que su papel como agente de cambio.

En este sentido Jiménez, (1996), estima que:

El término formador, por extensión, se refiere a toda persona que de alguna forma o manera tiene relación con la formación desde la óptica de la responsabilidad de la concepción o de la realización de la misma. Comprende un grupo heterogéneo de personas, con profesiones muy distintas, difícil de discernir, conceptualizar y de establecer responsabilidades y de asignación de funciones. La distinta procedencia, su formación inicial, su concepción teórica y práctica de la vida y del trabajo, la diversidad de situaciones en las que tienen que operar (formación profesional reglada, no reglada), los niveles y modalidades de formación, las especialidades, los materiales que deben emplear o diseñar, la diversidad de grupos destinatarios, no hacen sino añadir complejidad a una “PROFESIÓN” nueva y no perfilada en la mayor parte de sus competencias.

En el caso del ajedrez, pocos países del mundo tienen experiencia en la formación de docentes de ajedrez y, mucho menos, en la creación de programas de “Formación de Formadores” para el ajedrez. Argentina, Armenia, Cuba, España, Rusia y Venezuela, han adelantado experiencias interesantes en estas áreas profesionales.

En este sentido vale mencionar a Quiroga (2012), quien afirmó que:

El educador de ajedrez debería tener los siguientes rasgos: conocer la materia que enseña, una actitud de permanente actualización y perfeccionamiento en el campo científico, humanístico, didáctico, tecnológico y técnico, identidad profesional que le permita la adaptación y respuesta a situaciones múltiples, variables y cambiantes y formación docente en ajedrez profundizando en las temáticas de juegos, ajedrez, tecnología y la recreación para los distintos niveles.

El modelo armenio de formación de formadores en ajedrez

Dada la relevante experiencia de la Republica de Armenia, seguidamente presentamos un artículo de la Academia Armenia de Ajedrez.

“La clave para una educación de ajedrez efectiva y enriquecedora es principalmente el maestro, cuyo carácter y habilidades profesionales son de vital importancia. La calidad y habilidad del maestro determina la productividad de las clases de ajedrez. Por esta razón, desde el principio de la introducción del ajedrez en el programa escolar, se ha hecho hincapié en la importancia del proceso de contratación y formación de los maestros.

Al principio del proceso, descubrimos que más de 1200 escuelas necesitaban la provisión de maestros. No es de extrañar que fuera una tarea bastante difícil reunir un número tan grande de expertos en un corto período de tiempo. La búsqueda de profesionales cualificados se llevó a cabo a través de un proceso de seguimiento.

El GM Smbat Lputian compitió simultáneamente en juegos realizados en todas las regiones de la República de Armenia, durante los cuales visitó todas las ciudades grandes y pequeñas y las comunidades rurales. Una vez concluidas las partidas en todas las regiones, se eligieron especialistas con conocimientos significativos y una capacidad impresionante para ser entrenados como futuros maestros de ajedrez.

Encontrar suficientes futuros maestros resultó muy difícil, de modo que el Sr. Lputian visitaba a veces las regiones por segunda o tercera vez. Como resultado de este proceso, se reclutó un cierto número de profesionales, algunos de los cuales eran ajedrecistas sin experiencia en la enseñanza. El resto tenía conocimientos de ajedrez, así como alguna experiencia como profesor, y por lo tanto podían ser entrenados como «instructores de cursos de ajedrez».

Era necesario centrarse en la preparación pedagógica y psicológica de los expertos contratados. Con ese fin, se creó un manual para la formación de esos profesionales que se preparaban para los exámenes de certificación. Gracias a esos manuales,

los futuros maestros de ajedrez podían obtener los conocimientos mínimos necesarios para organizar un proceso eficaz de aprendizaje del ajedrez. En consecuencia, se estaba contratando y capacitando a los futuros maestros, lo que dio lugar a la formación de grupos de expertos en todas las regiones de Armenia.

Se estableció un calendario claro para la aplicación de la capacitación de los maestros a fin de organizar cursos de formación en Ereván y luego en las regiones. Los instructores de ajedrez y los psicólogos formaron seis grupos separados, cada uno de los cuales incluía un instructor de ajedrez profesional y un psicólogo. Las clases tuvieron mucho éxito, y creemos que es importante señalar que durante el primer año de formación se reclutó principalmente a personas dedicadas al ajedrez, lo que se evidencia en el hecho de que el número de personas que no aprobaron el examen fue muy reducido.

El proceso de formación de los profesores tenía reglas claras. De acuerdo con el plan reestablecido, se asignó tiempo tanto a la enseñanza del ajedrez como a los principios básicos de la psicología pedagógica.

Los entrenamientos se llevaron a cabo de acuerdo con los materiales de enseñanza previamente desarrollados. Tras la finalización de la formación, se realizaron exámenes de calificación. Los expertos que se presentaban a los exámenes eran evaluados sobre la base de una escala de 20 puntos, y los que superaban el umbral de 10 obtenían el derecho a enseñar ajedrez en las escuelas secundarias de Armenia. Utilizando este mismo método de calificación, se celebraron entrenamientos y exámenes en todas las regiones de Armenia. Teniendo en cuenta el hecho de que había una escasez de profesionales cualificados en las regiones, la barrera transitoria se redujo en un punto.

Nos parece importante abordar el componente psicológico del curso de capacitación: la parte más difícil de las capacitaciones fue la necesidad de enseñar todos los principios pedagógicos principales a los expertos que no tenían educación y experiencia pedagógicas.

Para un manejo efectivo de este proceso, el programa de entrenamiento fue desarrollado para incluir todo el material que se iba a proporcionar a los maestros de ajedrez una vez calificados. Además de los planes-módulos de entrenamiento, se publicó un manual para los profesores de ajedrez, en el que se presentaban los rasgos y características de la edad de los estudiantes, así como las características del aula como grupo social determinado.

Así, un gran número de profesores participaron en cursos de formación y nuestra experiencia ha demostrado que la formación tuvo un enorme impacto positivo tanto en los especialistas con educación pedagógica, como en los que no tienen ninguna calificación pedagógica. Fue difícil convencer a los profesores de ajedrez no profesionales de que el objetivo principal de la enseñanza del ajedrez no es el descubrimiento y la formación de ajedrecistas de talento, sino más bien el desarrollo del pensamiento de los alumnos de la escuela primaria, así como el desarrollo de un individuo independiente.

Además de los entrenamientos organizados cada año, también se organizan consultas dos veces al año en Ereván y en todas las regiones de Armenia y en Artsakh. La finalidad de esas consultas es examinar los problemas y cuestiones que surgen en el curso de la enseñanza y, en consecuencia, permitir que psicólogos profesionales orienten a los maestros para superar cualquier problema”.

Fuente: “Ajedrez, ciencia cognitiva y educación” (Blanco U. (2020).

   Academia de Ajedrez de Armenia (2019)

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