El juego limpio como valor en el deporte y la escuela

“Desde el mismo nacimiento del olimpismo, la expresión «juego limpio» es
empleada para definir la honradez y la integridad de la competición. El juego
limpio se manifiesta por la aceptación sin discusión de las decisiones del
árbitro, salvo en los deportes en los que el reglamento autoriza un recurso.
La voluntad de jugar para ganar, objetivo primero y esencial y el rechazo firme
a conseguir la victoria a cualquier precio. Los educadores y deportistas
debemos entender que juego limpio es un concepto de naturaleza
estrictamente deportiva”.

La concepción del juego limpio
El concepto de olimpismo nace en Grecia en el 776 A.C. con la creación de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad. Veintitrés siglos más tarde, esto es, a mediados del siglo XIX los educadores ingleses inventaron el «deporte moderno», que muy pronto se volvería tan popular en el mundo entero, la idea de que debía practicarse con un espíritu de lealtad estaba ya implícitamente contenida en su acción.

Pronto empezó a utilizarse la expresión «juego limpio» para definir la honradez y la integridad de la competición. Desde entonces, todos cuanto han analizado el fenómeno deportivo, concretamente Pierre de Coubertin, fundador el Comité Olímpico Internacional, han alabado el juego limpio y han asociado estrechamente a la práctica del deporte sus elementos esenciales: el honor, el respeto a sí mismo y a los demás.

Debemos destacar que ya, en 1914 Georges Demeny sostenía que “el deportista que tiene espíritu de sacrificio, sigue un camino recto y no cometerá nunca un acto de bajeza que tenga que reprocharse; es el gentilhombre realizado, una especie de caballero moderno que contribuye en gran medida a la prosperidad y grandeza de su país».

En el Apéndice del Manifiesto del Fair Play, texto publicado en 1964 por el Consejo Internacional de Educación Física y Deportes podemos leer: “Cuando en el siglo XIX los educadores ingleses inventaron el «deporte moderno», que muy pronto se volvería tan popular en el mundo entero, la idea de que debía practicarse con un espíritu de lealtad estaba ya implícitamente contenida en su acción. Y muy pronto empezó a utilizarse la expresión «juego limpio» para definir la honradez y la integridad de la competición.

Desde entonces, todos cuanto han analizado el fenómeno deportivo, concretamente Pierre de Coubertin, fundador el Comité Olímpico Internacional, han alabado el juego limpio y han asociado estrechamente a la práctica del deporte sus elementos esenciales: el honor, el respeto a sí mismo y a los demás.

Lamentablemente, como consecuencia de la importancia cada vez mayor concedida a la victoria, el deporte de competición ha sufrido en el curso de estos
últimos años cambios que han afectado gravemente al fundamento mismo del juego limpio”. El 10 de abril es el “Día Mundial del Juego Limpio”.

Un concepto estrictamente deportivo
El concepto de juego limpio es la interpretación del término fair play, el cual significa “el juego justo” Lo que a la vez equivale a “respeto y reconocimiento” de las normas y reglas técnicas (escritas o no), de carácter ético y moral que en ellas subyacen.

Además, sus valores están inspirados en el Espíritu Olímpico. El Código de Ética Deportiva considera el deporte como una actividad sociocultural
que enriquece la sociedad y la amistad entre las naciones, siempre que se practique con lealtad.

Este Código, en su artículo 6, establece que «juego limpio» significa mucho más que el simple respeto de las reglas: abarca los conceptos de amistad, de respeto al adversario y de espíritu deportivo. Es, más que un comportamiento, un modo de pensar. El concepto se extiende a la lucha contra las trampas, contra el arte de engañar sin vulnerar las reglas, contra el dopaje, la violencia física y verbal, la desigualdad de oportunidades, la excesiva comercialización y la corrupción.
El Código considera el deporte como una actividad sociocultural que enriquece la sociedad y la amistad entre las naciones, siempre que se practique con lealtad.

En consecuencia, el juego limpio implica modestia en la victoria, serenidad en la derrota y una generosidad suficiente como para crear relaciones humanas entrañables y duraderas. Entonces, el juego limpio se manifiesta por:

  • La aceptación sin discusión de las decisiones del árbitro, salvo en los
    deportes en los que el reglamento autoriza un recurso.
  • La voluntad de jugar para ganar, objetivo primero y esencial y el rechazo
    firme a conseguir la victoria a cualquier precio.
  • El respeto a los reglamentos y el espíritu del juego.

Además, el concepto de juego limpio está basado en el principio de igualdad. Esta idea está construida sobre el principio de la igualdad; igualdad de condiciones en la competencia y fundamentalmente en el respeto al ser humano; sea cual fuere su función en el acto de la competencia deportiva y en el entorno en el cual esta se gesta y desarrolla.

Por Dr. Uvencio Blanco Hernández
Comisión de Ajedrez y Educación

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